La historia de esta película fue muy personal para los directores del film, Mark Andrews y Brenda Chapman. Ambos tomaron material de experiencias propias con sus familias, combinadas con su origen escocés y el amor por su país. Con sus sólidas experiencias en cine, los dos pudieron tejer una historia original, conmovedora y llena de emocionante aventura.
“Se trata de cambiar el destino. Al sentir las restricciones de la vida en el castillo, Mérida busca desesperadamente cambiar el suyo”. Mark Andrews, director.
Enérgica y bastante obstinada, la heroína de VALIENTE está decidida a forjar su propio camino en la vida. Algo que, según dice Andrews, es parte de madurar. “Los adolescentes están floreciendo, están convirtiéndose en los adultos que serán y la transición es realmente caótica. Eso se aprecia en toda la película”.
“Lo más importante para Mérida es su arco y su caballo, y el tiempo libre que viene con ellos”, continúa Andrews. “Ella es una tiradora fenomenal. Adora estar al aire libre y correr por los prados escoceses con su caballo, Angus”.
Mérida es digna hija de su padre, el Rey Fergus, quien le ha transmitido su amor por la naturaleza. “Fergus es un inmenso guerrero”, explica Andrews. “Habla fuerte y es escandaloso, casi como yo; y está lleno de agallas y de sabiduría. Perdió una pierna peleando al maléfico oso Mor’du y le cuenta esa historia a todos, así quieran oírla o no”.
Fergus encuentra gran deleite relatando a su hija y sus trillizos historias llenas de aventuras. Por eso, cuando Mérida alcanza la adolescencia, escala acantilados, pelea con espada, arroja flechas y hace correr a Angus cada vez que puede.
Pero galopar por las colinas con su arco a cuestas no es su destino. Al menos, no según su madre, la Reina Elinor, quien tiene otras ideas en mente para su hija –un plan que ha sido predestinado mucho antes del nacimiento de ésta-. Es tiempo de crecer, así le guste a Mérida o no.”La Reina Elinor es una madre trabajadora”, dice la productora Katherine Sarafian. “Ella está criando a su familia; mantiene la paz; lleva adelante sus deberes reales con elegancia y dignidad. Y tiene metas para su hija”.
Desafortunadamente para Mérida, esas metas incluyen responsabilidades y un matrimonio areglado para conservar la precaria tregua entre los clanes del reino. Elinor ha pasado años preparando a Mérida para este momento y no comprende la resistencia de su hija. En tanto, Mérida no soporta ser controlada por nadie, mucho menos por su madre. “Ambas están en un impasse”, acota Sarafian.
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